El proceso de cobranza de cartera vencida puede resultar un verdadero dolor de cabeza para las empresas, mucho más al inicio de cada año, cuando el festín de compras navideñas y de fin de año ha pasado y los negocios se enfrentan a clientes con sus billeteras vacías.
“En enero la gente suele quedar un poco corta con relación a su capacidad de pago, porque se ha endeudado de tal forma que se gastó todo, incluso el decimocuarto sueldo”, dice Larry Sotelo, gerente de Servinco, una firma prestadora del servicio de cobranza y asesoría legal.
¿Cómo hacer para que el cliente pague y que lo haga sin que la compañía se vea afectada en el tiempo? Para Sotelo, las empresas deben ante todo prevenir llegar a las acciones de cobranza, a través de un conocimiento previo del historial crediticio de los clientes.
En la tarea de cobranza, los negocios deben lidiar con dos tipos de clientes: los individuales y los corporativos. Cuando se trata del primer caso, de créditos corporativos con descuento al rol de pagos del empleado, los expertos recomiendan que el negocio califique a la empresa a la que va a hacer el descuento, mas no al trabajador.
Por el contrario, cuando se trata de crédito directo al trabajador, resulta importante, coinciden, en revisar el comportamiento crediticio que registra la persona, en base a los datos que proveen los burós de información crediticia. Estos manejan el historial de comportamiento de pago.
El proceso de cobranza atraviesa diferentes etapas, según el nivel de reticencia del cliente a pagar. Sotelo recomienda evitar en lo posible llegar a instancias judiciales, especialmente cuando se trata de deudas manejables.
“Cuando se trate de una deuda relativamente pequeña, que usualmente no supere los 1 000 dólares, porque el costo que representaría ir a un juicio, contratar a un abogado, resultaría costoso”.
En ello coincide Gino Erazo, senior partner en Ecuador de KPMG, firma multinacional especializada en servicios de auditoría y consultoría para compañías. “En tiempos de escasez hay que maximizar nuestras acciones de cobro. Dentro de esas estrategias de cobranza, sin embargo, hay que ser flexibles porque hay que considerar que la capacidad de pago de los deudores puede estar afectada”.
Para el experto, llegar a la etapa de cobranza vía judicial se vuelve muy oneroso, y demasiado traumático para las partes. A su criterio, un gestor de cobranza debe considerar ofrecerle al deudor cierto oxígeno, que le permita refinanciar o reestructurar sus deudas.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Revista Líderes
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