Las instituciones financieras de base comunitaria se crean como una alternativa local y/o regional para dar una respuesta a la problemática a la que se enfrentan los sectores más vulnerables y excluidos de servicios financieros, como el ahorro o el acceso a crédito. Es por esta razón que surgen diferentes tipos de instituciones microfinancieras (IMF) de base comunitaria, que toman forma en Cooperativas de Ahorro y Crédito (COAC), bancos comunales y cajas de ahorro y crédito, entre otras.
Estas instituciones financieras buscan que los recursos captados (ahorros) en una comunidad sean invertidos (a través de préstamos) en la misma comunidad de forma fácil y accesible, para financiar diferentes actividades económicas de los socios y sus familias, y conseguir impulsar su propio desarrollo económico y social. En América Latina, en especial, este modelo ha ido adquiriendo sus propias características, centrándose en el acceso a productos y servicios microfinancieros donde la banca formal no llega. El objetivo es poder ayudar a la población más vulnerable y excluida (base de la pirámide) de los servicios financieros y, así, poder atenderles eficientemente.
En Ecuador, desde la nueva Constitución de la República elaborada en el año 2008, se reconoce al sector de la Economía Popular y Solidaria como el conjunto de formas colectivas de organización económica, sin fines de lucro y auto-gestionadas por sus propietarios que se asocian como trabajadores, proveedores, consumidores o usuarios, y establece la necesidad de regularlo y potenciarlo. Este instrumento jurídico dota al sector de la Economía Popular y Solidaria y, al Sector Financiero de los instrumentos y los mecanismos de protección, desarrollo y control necesarios para promover servicios microfinancieros y no microfinancieros eficientes con una perspectiva que rescata los principios y valores cooperativos y el desarrollo humano y territorial.
Fuente y Foto: CODESPA
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