Las habilidades blandas o también llamadas competencias socioemocionales
Hacen posible la adaptación de las personas a los distintos entornos y facilitan la obtención de metas y objetivos; en primera instancia favorecen el procesamiento de información, para la toma de decisiones, estas últimas se manifiestan en respuestas verbales o de conducta, que promueven o limitan una adecuada socialización; dentro del contexto empresarial son la base del clima laboral, impulsando la productividad y promoviendo el bienestar entre los colaboradores, aspectos que se consolidan en la entrega a los clientes de un servicio de calidad; sin embargo, un gran número de organizaciones al parecer no alcanzan a comprender la relevancia de las mismas.
Una competencia socioemocional o de carácter técnico necesita de tiempo y acompañamiento para su desarrollo; en este sentido las organizaciones requieren determinar, cuáles son las habilidades blandas que los colaboradores deben evidenciar en la ejecución de su actividad laboral, de esta manera se diseña un programa de formación o fortalecimiento de las mismas, con la finalidad de incrementar la calidad de la ejecución de tareas, llevada a efecto por el equipo de trabajo. Esta nueva visión de desarrollo de habilidades blandas lo han implementado importantes organizaciones a nivel mundial, partiendo de la idea de que un servicio de calidad, involucra los componentes técnico y socioemocional.
En este contexto los actuales programas enfocados en el desarrollo de habilidades y/o competencias blandas, presentan algunas limitaciones, entre las que se evidencia una reducida fundamentación teórica – científica y la falta de seguimiento a los procesos de capacitación, aspectos que se unen en ocasiones a una cultura organizacional que bloquea el desarrollo de las mismas, por cuanto los procesos, los valores, y los modelos de negocio corporativos, se alejan de la opción de generar un servicio de excelencia para sus clientes y de promover el bienestar en los colaboradores.
En ocasiones situaciones externas como crisis económicas, leyes obsoletas, ambiente de inseguridad, entre otras, promueven escenarios adversos, por cuanto las empresas restringen inversiones, buscando alcanzar una mínima rentabilidad que asegure su subsistencia; sin embargo, el desarrollo de habilidades blandas, hace posible sobrellevar de mejor manera situaciones conflictivas y encontrar soluciones creativas; por tal motivo, se hace necesario una reestructuración cognitiva en los líderes empresariales, acerca de la importancia de las competencias socioemocionales, en el desarrollo de las organizaciones.
Conclusión
En conclusión, las competencias blandas, también conocidas como habilidades socioemocionales, son esenciales para mejorar tanto la productividad como el bienestar en el entorno empresarial. A pesar de su impacto positivo en el clima laboral y la calidad del servicio al cliente, muchas organizaciones no comprenden su importancia. El desarrollo de estas competencias requiere tiempo, acompañamiento y programas de formación específicos. Sin embargo, los enfoques actuales presentan limitaciones, como la falta de seguimiento y el desalineamiento con las culturas corporativas. Ante situaciones externas adversas, como crisis económicas, las competencias blandas se convierten en una herramienta clave para afrontar los conflictos y encontrar soluciones innovadoras. Por lo tanto, es necesario un cambio en la mentalidad de los líderes empresariales para valorar y fomentar estas habilidades en beneficio del crecimiento organizacional.